Cátedra Libre de Literatura Platense Francisco López Merino

catedra literatura

Creación de la Cátedra

Parafraseando a Jorge Luis Borges, podría afirmarse que La Plata tuvo desde sus orígenes un destino literario. Los comienzos de su literatura guardan cierta similitud con los del conjunto de la literatura argentina: en ambos casos, sus primeras manifestaciones fueron, necesariamente, obra de autores foráneos. Esta impronta parecería haber perdurado en el perfil literario de La Plata hasta nuestros días.
También se podría afirmar que la tradición literaria platense nace del brazo de la leyenda: se dice que el día de la fundación de La Plata fueron sepultadas con la piedra fundamental las estrofas que una poetisa dedicó a “la hija de Buenos Aires”. Un poema bajo la piedra fundamental de la ciudad que con el tiempo sería llamada “de los poetas”. También “tiene carácter de símbolo —escribió Roberto Saraví Cisneros— el hecho de que el nombre de la capital fuera elegido y auspiciado... por el propio autor del Martín Fierro, como si el poeta que cantó la desventura gaucha se asociara al nacimiento de la Argentina moderna, más humanista y más comprensiva”. Ambas circunstancias parecerían cobrar sentido en estas reflexiones de Gustavo García Saraví: “La Plata es, antes que nada y por sobre todo, un conglomerado con irradiaciones estéticas... Bien o mal emplazada, pobre o rica, metropolitana o no, lo cierto es que posee una esencia que, desde sus orígenes, se ha dado generosamente en belleza”.
Favorecida en gran parte por albergar una de las Universidades más reconocidas de América y por la afluencia de numerosos intelectuales y escritores de otras latitudes, como fue el caso de Almafuerte y Benito Lynch, La Plata comenzó a los pocos años de fundada a dar sus frutos autóctonos, entre ellos Francisco López Merino. Posteriormente, la llamada Generación del 40 consolidó la fama de La Plata como “ciudad de los poetas”, si bien es justo decir que los narradores, dramaturgos y ensayistas marcharon permanentemente por un camino tan ancho como el de los poetas.
En el acelerado desarrollo que experimentó la literatura platense en muy pocas décadas, fue de capital importancia la presencia de la Universidad. Esta fue un foco de atracción intelectual que vinculó a las letras de la región a numerosos escritores foráneos: Arturo Marasso, Rafael Alberto Arrieta, Pedro Enríquez Ureña, Amado Alonso, Arturo Capdevila, Ernesto Sábato, María de Villarino. Asimismo, fueron también muchos los escritores platenses que se destacaron en la docencia universitaria: Arturo Cambours Ocampo, Narciso Pousa, Raquel Sajón de Cuello, entre tantos otros.
La literatura forma hoy parte del patrimonio espiritual de la ciudad. No obstante, hasta no hace mucho tiempo todavía faltaban arbitrar acciones que permitieran a los escritores locales la difusión de sus obras y la presencia en los medios académicos y periodísticos que poseen, por poner un caso, los escritores porteños. Si bien habían sido muchos los esfuerzos realizados en este sentido, resultaba necesario sistematizarlos, incentivar el análisis crítico de los autores locales y trabajar en la difusión de la lectura de sus obras dentro de la comunidad educativa y de la comunidad platense en su conjunto. Para ello, desde la Biblioteca “Francisco López Merino” se gestionó en forma simultánea la creación, en el ámbito municipal, del Instituto de Documentación e Investigación sobre la Literatura Platense; y en el ámbito universitario, la aprobación de la Cátedra Libre de Literatura Platense “Francisco López Merino”.
Iniciadas las actuaciones en la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional de La Plata, el presidente de la Universidad procedió a dictar la Resolución nº 596/05 que establece la creación de la Cátedra. Posteriormente, por Resolución nº 882/05, el vicepresidente de la Universidad, en ejercicio de la presidencia, designó sus autoridades.

Objetivos
La Cátedra Libre de Literatura Platense “Francisco López Merino” tiene como objetivos básicos: a) La investigación sobre períodos, generaciones, grupos y autores de relevancia dentro de la historia literaria de la región; b) La docencia, a fin de transmitir los resultados de las investigaciones propias o las ya realizadas a la comunidad educativa, y en especial a los estudiantes universitarios de la carrera de Letras; c) La extensión cultural, a efectos de participar de sus acciones a toda la comunidad regional.
Entre las actividades en ejecución y programadas para alcanzar los objetivos señalados se encuentran: la organización de congresos, seminarios o conferencias que estimulen la producción de ensayos y estudios de interpretación sobre literatura platense, y en especial jornadas de capacitación y actualización docente para la difusión de la literatura platense en el ámbito educativo y mesas de debate y de lectura con la concurrencia de escritores de la región para la difusión de sus trabajos en la comunidad en general; el asesoramiento a los investigadores que realicen estudios sobre la literatura de La Plata, el relevamiento y la actualización periódica de los datos bibliográficos de los escritores de la región, la publicación de trabajos de investigación sobre este objeto de estudio y el suministro a los medios de prensa y publicaciones especializadas de artículos y materiales que ayuden a la difusión y conocimiento de los autores platenses y sus producciones.
Además de las funciones precedentemente enunciadas, la Cátedra participa en congresos, seminarios y actividades académicas en los que resulta factible incentivar la lectura y análisis de la literatura de La Plata; mantiene comunicaciones y realiza intercambio de publicaciones y experiencias con las cátedras de Literatura Argentina de esta Universidad y de otras, con instituciones literarias y muy especialmente con el Instituto de Documentación e Investigación sobre la Literatura Platense.


Por qué Francisco López Merino

Después de Almafuerte, cuya adscripción a la historia literaria de La Plata seguirá sumando exégetas y detractores, quizás es Francisco López Merino (1904-1928) el primer poeta platense de trascendencia nacional. La “escuela de La Plata” se mantenía, por entonces, al margen de “las estridencias originalísimas del martinfierrismo, del ultraísmo”, pero eso no significaba, según Ana Emilia Lahitte, “falta de comunicación con sus más elevados representantes. Cuando Panchito López Merino muere, levantan su voz de homenaje Jorge Luis Borges, Baldomero Fernández Moreno, Códova Iturburu, Pablo Rojas Paz, Enrique Amorim, Mary Rega Molina, entre otros. Tanto él como Ripa Alberdi, estuvieron intensamente vinculados a la Capital Federal, incluso por cuestiones políticas; vale la pena citar, como elemento de juicio, hasta los artículos necrológicos de la época, los manifiestos, la correspondencia privada, en los que puede apreciarse la excepcional madurez intelectual y cívica alcanzada por aquellos jóvenes veinteañeros que morían representando cabalmente a su generación, a su tiempo”.
Además del retrato que nos dejara Arrieta en La ciudad del bosque, podemos reconstruir la personalidad y la estampa de este poeta angular por sus propias palabras: “He nacido en La Plata, ciudad de silencio uniforme, de calles soleadas, de cielos claros, el 6 de julio de 1904. Bajo estos cielos he estudiado las cosas esenciales y escrito versos desde niño. Amo de veras la paz remansada que se difunde por su atmósfera, y el dilatado ocio que convierte los días de la semana en un domingo perpetuo”. Caracterización que completa su sobrina Estela Calvo de Reca: “Minucioso, exigente con su propia apariencia, coleccionista de corbatas y sombreros, era amigo de charlas nocturnas de café y de club... También es alegre en su correspondencia, ingeniosa y comunicativa... Lo es en los folletos, que imprimía precariamente en algunas tradicionales y ya desaparecidas librerías con trastienda... Si analizamos las circunstancias que rodearon su vida... más difícil fue y será aceptar la decisión de su muerte. Sin embargo, se mata. Tenía 23 años. Esa actitud, ese momento, ese instante en que la atracción de la sombra supera el derecho o el esfuerzo de vivir... fue, en la inexorable decisión de su destino, su última pasión de autenticidad”.
Pocos son los datos de su breve biografía realmente significantes. Perteneció a una familia de clase acomodada, propietarios de la casona de la calle 49 nº 835 que hoy se conoce como Palacio López Merino. “Allí jugaba con sus hermanas —anota María Minellono—: les gustaba hacer música (Panchito tocaba el violoncelo) y realizar representaciones teatrales, alentados por parecidas inclinaciones artísticas y cultos familiares compartidos”. Mientras esta autora asegura que “asistió durante los años de la escuela primaria al Colegio San José”, donde “tomó su Primera Comunión el día 15 de junio de 1917”, otra de sus biógrafas, Marcela Ciruzzi, afirma que “cursó sus estudios primarios sin mayores sobresaltos bajo la conducción de maestros particulares, porque así lo decidió su padre, siguiendo una costumbre de la época... Pensó después cursar el bachillerato en el prestigioso Colegio Nacional de La Plata... pero abandonó la carrera antes de finalizar el primer ciclo... También averiguamos que más tarde siguió asistiendo como ‘oyente’ a las clases del profesor Rafael Alberto Arrieta, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, y que —a pesar de la diferencia de edad— se hicieron después muy amigos porque la literatura los acercó espiritualmente. Fue Arrieta, precisamente, quien hizo conocer a los jóvenes estudiantes la poesía de Georges Rodenbach, a través de una conferencia que dictó en el Colegio Nacional de La Plata”.
En síntesis, López Merino no realizó estudios sistemáticos, como sí los había hecho su compañero de generación Héctor Ripa Alberdi. No obstante, dice Marcela Ciruzzi que “fuera de los claustros escolares, Panchito era un excelente lector, de gustos exquisitos, notoriamente afrancesado. Siempre se lo veía con un libro bajo el brazo dispuesto a ‘saborearlo’. Con frecuencia leía en francés, idioma que aprendió a traducir y a hablar prácticamente solo. Reunió una biblioteca de valiosos volúmenes de sus escritores preferidos: Francis Jammes, Albert Samain, Paul Valéry, Alfred de Musset, Charles Baudelaire, Paul Verlaine, Théodore Banville, François Coppée, Stéphane Mallarmé, Gustav Verhaeren, Maurice Maeterlinck, Jean-Jacques Rousseau, Max Elskamp, Henri Frédéric Amiel, Guillaume Apollinaire y muchos otros. Y también le fue fácil dejarse subyugar por las figuras más difundidas entonces del modernismo literario: Rubén Darío, Amado Nervo, Juan Ramón Jiménez; y por clásicos como Virgilio o argentinos como Enrique Banch o futuristas como el italiano Filippo Marinetti o por el cautivante Edgar Allan Poe”. Marcela Ciruzzi también recoge el testimonio del poeta platense Horacio Ponce de León, quien recordaba que muchos de esos libros, especialmente los de Samain, Jammes y Rodenbach, estaban muy ajados por las asiduas lecturas.
La obra de López Merino se reduce a dos títulos: Tono menor, de 1923, y Las tardes, de 1925. Su libro de 1920, Canciones interiores, fue deliberadamente excluido por su propio autor, que según Gustavo García Saraví, se arrepintió de haberlo publicado y lo sacó de circulación. Después de su muerte, sus amigos reunieron en un tomo estos dos libros y sus poemas inéditos. Recién en 1968 la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires publicó su obra completa, con un estudio preliminar de Gustavo García Saraví y numerosos testimonios poéticos. Más recientemente apareció El universo poético de Francisco López Merino, de María Minellono, que recoge toda la obra editada anteriormente más la que se encontraba inédita o desperdigada en publicaciones periódicas, cartas y otros documentos; todo ello acompañado de un enriquecedor estudio, bibliografía y notas ajustadas.
López Merino no realizó viajes que hayan influido en su obra: apenas los consabidos veraneos a Mar del Plata, o temporadas de descanso en Lucas Monteverde, además de las escapadas a Buenos Aires, para encontrarse con otros escritores contemporáneos. Sus días de ocio en la joven capital de la Provincia apenas estuvieron matizados por poco exigentes trabajos administrativos: primero en el Ministerio de Hacienda y más tarde en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Cultivó, eso sí, una intensa vida social y numerosas amistades. Incluso llegó a alimentar algunas preocupaciones políticas, adhiriendo, como la mayoría de los escritores jóvenes de entonces, al yrigoyenismo. Además de sus trabajos poéticos, escribió artículos y críticas literarias que aparecieron en los diarios y revistas de La Plata y Buenos Aires.
En la tarde del 22 de mayo de 1928, en uno de los baños del Jockey Club de La Plata, Francisco López Merino se suicidó de un disparo de revólver en la cabeza. Los motivos de esta terrible decisión nunca han podido saberse, y no es el propósito de este estudio preliminar construir hipótesis al respecto. Su muerte conmovió al ámbito social y literario de La Plata y de Buenos Aires. Al mes siguiente a su deceso, se le realizó un homenaje en la Facultad de Humanidades, cuyo principal orador fue Pedro Henríquez Ureña. Una semana después se le tributó otro en el Teatro Argentino, para el cual viajaron numerosos escritores de Buenos Aires: Baldomero Fernández Moreno, Jorge Luis Borges y Ricardo Molinari, entre otros. En 1930 se inauguró en el Paseo del Bosque el monumento a López Merino, obra del escultor Agustín Riganelli. Más tarde, en el paseo El Jardín de los Poetas de San Juan se le erigió otro monumento. Además, se le dio su nombre a una de las cuatro diagonales que convergen a la plaza de 7 y 39; las otras tres llevan los nombres de Mendióroz, Ripa Alberdi y Delheye. Actualmente llevan también su nombre la Biblioteca Pública Municipal y la Cátedra Libre de Literatura Platense de la Universidad Nacional de La Plata.

IntegrantesAutoridades de la Cátedra

Director

Profesor Guillermo Eduardo Pilía.

Profesor en Letras egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Se desempeñó como profesor de lenguas clásicas en el Seminario Mayor “San José” del Arzobispado de La Plata, y posteriormente como profesor de Lengua y Literatura y de Latín en diferentes establecimientos públicos nacionales y provinciales y en colegios e institutos privados. Fue profesor de Lógica y Lenguaje Jurídico en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Es actualmente Presidente del Instituto de Documentación e Investigación sobre la Literatura Platense. Es miembro del Instituto Platense de Cultura Hispánica, de la Association International “La Porte des Poètes” de París, Francia, y del Instituto Literario y Cultural Hispánico de Westminster, EE.UU. Ha publicado ocho libros de poesía: Arsénico (1979). Enésimo Triunfo (1980). Río Nuestro (1988). Río Nuestro / Cazadores Nocturnos (1990). Huesos de la Memoria (1996). Caballo de Guernica (2001), Ópera flamenca (2003) y Herido por el agua (2005); dos plaquetas de poesía: Viento de lobos (2000) y Visitación a las Islas (2000); dos libros de cuentos: Viaje al país de las Hespérides (2002) y Días de ocio en el país de Niam (2006); y tres libros de ensayos: La catedral de La Plata (2000, en colaboración). Historia de la literatura de La Plata (2001, en coautoría con María Elena Aramburú) y Toponimia de la provincia de Buenos Aires (2003) . Ha publicado numerosos textos literarios y estudios críticos en diarios y revistas especializadas, argentinas y extranjeras. Ha intervenido también en gran cantidad de antologías en el país y en el exterior. Sus textos le han reportado valiosos premios en la Argentina, España, Francia, Estados Unidos, Ecuador, Chile y Australia. Ha sido traducido y editado en el Reino Unido.

Secretaria
Profesora Licenciada Patricia Dómine.

Licenciada y Profesora en Comunicación Social egresada de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Se desempeña como docente e investigadora en la cátedra “Metodología de la Investigación Social” desde 1999. Ha presentado ponencias en congresos nacionales e internacionales y ha colaborado con artículos y capítulos en diversos libros y revistas científicas, La Universidad Cautiva. Legados, marcas y horizontes. Pedro Krotsch organizador (2002), El cambio que no fue. La gestión de la Alianza en Canal 7. Revista Trampas de la Comunicación y la Cultura nº 27 (2004) entre otras. Ha publicado reseñas literarias en revistas y diarios de la región. Fue profesora en el Instituto Tecnológico Buenos Aires y en el ISER (Ciudad de Buenos Aires), y en diversos establecimientos polimodales y de educación superior de la ciudad. Es Consejera de Documentación e Investigación del Instituto de Documentación e Investigación sobre la Literatura Platense. Es codirectora de la editorial Hespérides y organizadora del Concurso Internacional Hespérides de Cuento y Poesía que está en su cuarta edición. Ha integrado varios jurados de narrativa y poesía. En 2005 obtuvo una mención de honor en el certamen provincial de ensayo “Aurora Venturini” por su trabajo Horacio Ponce de León y la Generación del Cuarenta.

Prosecretaria
Profesora María Laura Fernández Berro.

Profesora en Letras egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Traductora de francés (Alianza Francesa). Fue responsable del área de evaluación de proyectos de La Comuna Ediciones y del área pedagógica y cultural del Museo y Archivo Dardo Rocha. Autora de Esteban J. Uriburu, sacerdote y aventurero. Emecé, 2000; Ana Mon, la transformación solidaria. Al Margen, 2002 El camino de las hormigas. Ediciones De La Flor, 2005 y Héroes anónimos, en imprenta. Organizó el II Encuentro Nacional de Escritores La Plata 2005. Obtuvo el segundo premio del certamen de ensayo “Aurora Venturini” en el año 2005 por un trabajo sobre Gustavo García Saraví. Actualmente dicta talleres de narrativa y es responsable del área de extensión cultural del Palacio López Merino.

Catedráticos de Número

Profesora Elba Ethel Alcaraz.
Profesora en Letras egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata y Especialista en Ciencias del Lenguaje en el Instituto Joaquín V. González de Buenos Aires. Ejerció la docencia en el Colegio Nacional de la UNLP, en donde fue Jefa de Departamento, y en institutos terciarios de la provincia. Es asesora del Consejo General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Coordina distintos talleres de escritura. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Todos los días (1958); La ronda (1961); Bestiario (1976, con la pintora y dibujante Mirta Rossetti, poemas y serigrafías); Espacios y claridades (1995) y Días de la Infancia, (en coautoría con Mario Porro).

Profesora María Elena Aramburú.
Profesora en Letras egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Fue ayudante diplomada de la cátedra de Literatura Inglesa y Norteamericana. Profesora y ex rectora del Colegio Nacional de la UNLP y de institutos terciarios. Autora de Escenarios privados (cuentos, 1983), Los fuegos de bien amar (novela, 1992) e Historia de la literatura de La Plata (ensayo, 2001, en coautoría con Guillermo Pilía). Ha integrado varios jurados de narrativa y ensayo, entre ellos el del premio “Francisco López Merino”, y recibido a su vez numerosos premios por su producción literaria.

Profesora Licenciada Patricia Herminia Coto.
Profesora y Licenciada en Letras egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Ejerce la docencia en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, en el Taller de Comprensión y Producción de Textos I. Publicó los siguientes libros de poesía: Libro del vigía (1978), Libro de la memoria (1981), Libro del espejo ardiente (1984), Libro de la frontera (1994) y Libro de navegación (2003), además de su trabajo de investigación De narradores populares y cuentos folclóricos argentinos (1978). Obtuvo numerosos premios, entre ellos el del Fondo Nacional de las Artes 1988, participó en antologías e integró importantes jurados de narrativa y poesía.

Profesor Enrique Gaona.
Realizó sus estudios en Letras en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Ejerció la docencia en diversos establecimientos de nivel medio y en el Instituto “Charles Charriere”, del que fue rector. Perteneció al staf de las revistas de humanidades Muro y Cuadernos de Impulso. Integró jurados de novela por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y más recientemente el de cuento en el concurso “Francisco López Merino”. Publicó el libro de relatos El perfume de las flores, además de numerosos trabajos en antologías. Obtuvo asimismo el premio de cuento de la Fundación Mainetti. Es ciudadano ilustre de La Plata.

Profesor Mario Goloboff.
Profesor en Letras egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Se desempeñó durante varios años como profesor en universidades francesas. Actualmente es titular de Literatura Argentina del siglo XX en la Universidad Nacional de La Plata. Además de numerosos textos en revistas americanas y europeas, publicó varios libros de poesía (Entre la diáspora y octubre, Los versos del hombre pájaro), de ensayo (Leer Borges, Genio y figura de Roberto Arlt, Diez ensayos sobre escritores argentinos), novelas (Caballos por el fondo de los ojos, Criador de palomas) y más recientemente el libro de relatos La pasión según San Martín. Ha sido traducido a numerosas lenguas.

Profesora Doctora María Minellono.
Profesora y Doctora en Letras egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Se desempeña como investigadora y profesora adjunta de Literatura Argentina y miembro del Centro de Investigaciones Socio-Históricas de la Facultad de Humanidades de la UNLP. Ha dictado cursos, seminarios y conferencias en distintas universidades del país y del extranjero. Publicó numerosos trabajos y ediciones críticas de las obras de Almafuerte, Cambaceres y Silva, y más recientemente El universo poético de Francisco López Merino (2000). Ha escrito también libros de poesía, integrado jurados de literatura y conducido talleres de escritura.

Profesor Jorge Héctor Paladini.
Realizó sus estudios en Filosofía y en Historia en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Dirigió seminarios de investigación y realizó una profusa labor como crítico de arte. Ha sido asesor del rectorado de la Universidad Católica de La Plata y en la actualidad asesor del Museo Beato Angélico. Fue presidente de la Fundación Bernard e integró, entre otras asociaciones, la filial argentina del Comité Internacional de Estudios Homéricos y la Sociedad de Escritores de la Provincia. Publicó los libros de poesía Senderos (1978), Nuevos poemas y epígrafes medievales (1994) y Nuevos poemas y epígrafes en la noche y los vientos (1998), además de numerosos artículos dedicados a la literatura platense.

Profesor Doctor Roberto de Souza.
Profesor en Letras egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. Ejerció la docencia en distintas facultades de la UNLP y se desempeñó en la Facultad de Estudios Sociales de Buenos Aires, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires y en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California (EE.UU). Fue investigador del Instituto de Cultura Hispánica, Madrid, de la Universidad de California y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Ha dictado gran cantidad de seminarios y conferencias tanto en el país como en el exterior y posee una extensa obra publicada. Es docente en la Escuela de Teatro y en el Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP.

Contacto: Calle 49 n° 835 —Palacio López Merino— 1900 La Plata, República Argentina

 

Actualizado el: 2017-08-03