Bioimpresoras 3D para tratar heridas en diabéticos
Es un avance revolucionario que abre la puerta a nuevas y más efectivas formas de tratar las lesiones de los pacientes diabéticos.
Se trata de un trabajo del Laboratorio de Nanobiomateriales del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI- UNLP CONICET), junto al Laboratorio de Investigación y Formación en Informática Avanzada (LIFIA) de la Facultad de Informática.
Una de las mayores complicaciones que sufren los pacientes con diabetes es el denominado “pie diabético”, patología causada por una escasa vascularización en los miembros inferiores, lo que disminuye el proceso de cicatrización en lastimaduras y genera la aparición de úlceras.
En general, las úlceras en pie diabético que no son controladas y tratadas apropiadamente conducen a la amputación del miembro ulcerado y, estadísticamente, se conoce que la sobrevida luego de la primera amputación es de aproximadamente 5 años.
Guillermo Castro, responsable del Laboratorio de Nanobiomateriales explicó que “el desarrollo de bioempresoras 3D para la realización de apósitos con fines terapéuticos para pie de diabético tiene varias ventajas. Una de ellas es que los apósitos pueden ser personalizados para cada caso, debido a las características físicas tridimensionales de las úlceras como su extensión y profundidad, así como la cantidad y el tipo de fármacos y otras moléculas terapéuticas a emplear de acuerdo con las necesidades del paciente”.
Por otro lado, Castro agregó: “la ventaja de las matrices bioimpresas que contienen moléculas terapéuticas es que permiten la liberación prolongada de fármacos en concentraciones adecuadas durante un periodo de tiempo establecido. De esta manera, se reduce la concentración de fármacos debido a la acción local, aumenta su efectividad y evita los riesgos de toxicidad secundaria en otros órganos”.
Castro detalló que: “la principal diferencia entre las bioimpresoras 3D y las impresoras 3D tradicionales disponibles en el mercado, es el uso de biopolímeros o polímeros sintéticos biocompatibles con tejidos para la producción de apósitos sin la necesidad del empleo de elevadas temperaturas”.
Respecto al funcionamiento, el investigador destacó la “facilidad y sencillez de manejo de las bioimpresoras 3D que posibilitan, mediante un simple entrenamiento previo de personal médico, poder ser empleadas en unidades sanitarias de baja y media complejidad. Además -agregó- se debe mencionar la reducción de los costos sanitarios debido a que los apósitos que se utilizan actualmente para tratamiento de patologías de piel son importados, y, por lo tanto, muy costosos”.
En la comparación con los apósitos convencionales, los generados con la tecnología de bioimpresión tienen otra enorme ventaja, ya que no son de uso genérico, sino que pueden ser adaptados a las patologías de cada paciente. “Actualmente, la impresora que está en uso es un prototipo, con el cual estamos ajustando y ensayando los parámetros de las diversas matrices a emplear. El proyecto tiene apenas un año y nos encontramos estudiando las diferentes matrices, para caracterizarlas fisicoquímicamente y hacer los estudios con diversos fármacos”, detalló el responsable del Laboratorio.