El avance de las obras en el nuevo Edificio Sergio Karakachoff de la Universidad Nacional de La Plata es incesante y, semana a semana, abre nuevos espacios para el desarrollo de actividades académicas y culturales.

En el lugar ya funciona el Centro Universitario de Arte y la confitería, que se suman al Centro de Posgrado y las oficinas administrativas.   

La apertura a la comunidad de este moderno complejo académico y cultural emplazado en el corazón del centro platense, marcó un hito en la historia de la Universidad y de la ciudad. Basada en sólidos cimientos de gestión, la UNLP concretó una de las intervenciones urbanas más ambiciosas del último siglo, reafirmando el rasgo identitario que ha marcado a fuego a la ciudad de La Plata como una verdadera “ciudad universitaria”.

Cabe recordar que, días atrás, y luego de casi 4 años de permanecer oculto tras una extensa empalizada de chapa, volvió a ver la luz la fachada del gigante de calle 48 entre 6 y 7. Su imponente frente vidriado aporta ahora su impronta de arquitectura moderna al paisaje urbano. 

Fue a comienzos de 2014 cuando la UNLP puso en marcha el proyecto arquitectónico de jerarquización de la manzana céntrica. La inédita intervención incluyó la demolición parcial de los primeros tres pisos del Edificio conocido entonces como Tres Facultades. Además de la refuncionalización completa de la mole de 9 plantas y tres subsuelos, la transformación incluyó la construcción del Pasaje de Bicentenario, un corredor peatonal amplio, luminoso y de uso público entre este inmueble y el Rectorado.  

El complejo edilicio se encuentra en la etapa final de las obras. Hoy alberga una sede de Posgrado con un total de 60 aulas, y disponible para todas las facultades, un Centro de Arte sin igual en la región, una confitería y dependencias administrativas de la Presidencia. Según el Plan de Obras También se instalará allí un Centro de Convenciones para dos mil personas en simultáneo; la mítica Radio Universidad, los nuevos estudios de TV Universidad, y la Editorial Universitaria EDULP, además de otras dependencias y oficinas administrativas de la Presidencia de la UNLP.

HISTORIA DE LA DEMOLICIÓN DEL EDIFICIO TRES FACULTADES

El 21 de marzo de 2014 fue un día histórico para la UNLP cuando el entonces presidente Fernando Tauber dio el martillazo inicial para la demolición parcial del entonces edificio “Tres Facultades”.

Los martillos neumáticos demolieron cerca de 3 mil metros cuadrados del contrafrente del edificio, lindero al Rectorado, para construir un corredor peatonal denominado Pasaje del Bicentenario y transformar este espacio en un proyecto arquitectónico y urbanístico que jerarquiza la manzana céntrica y recupera la circulación perimetral en torno a la sede de la Presidencia.

La mole de hormigón se construyó bajo la dictadura de Onganía. Se inauguró en el año 1976, iniciada la dictadura militar y se mantuvo como uno de los símbolos más emblemáticos del poder que ejerció el autoritarismo sobre el sistema de educación superior de la Argentina.

Su demolición parcial apareció a los ojos de los platenses como mucho más que una intervención arquitectónica. Fue, sin dudas, un acontecimiento histórico y de enorme trascendencia simbólica. Cada ladrillo que cayó significó una reafirmación de los valores de libertad que encarna la Universidad.

El 15 de octubre de 2014, por decisión del Consejo Superior de la UNLP se decidió renombrar al “Tres Facultades” (donde funcionaron Humanidades, Ciencias Jurídicas y Psicología) como edificio “Sergio Karakachoff”, en homenaje a un luchador incuestionable en la defensa de los derechos humanos, graduado de esta Universidad, dirigente de la Unión Cívica Radical, asesinado por la dictadura militar.

EL PASAJE DEL BICENTENARIO

El amplio y luminoso paseo de 12 metros de ancho se encuentra en la última etapa de construcción. Atraviesa la manzana en forma de L desde avenida 7 hasta calle 47. Es un área despejada, pensada para la recuperación patrimonial y la integración urbano-arquitectónica de esta manzana simbólica del centro de La Plata, con una fuerte impronta cultural. Cuenta con arbolado, bancos, y hasta se prevé la instalación de esculturas y uso para muestras y exposiciones de arte.

Cabe recordar que el edificio “Tres Facultades” fue el caso más emblemático de pérdida de espacios verdes y como consecuencia, el Rectorado y el inmenso edificio de Humanidades estaban a sólo a un metro de distancia. Esta situación generaba problemas de habitabilidad, luminosidad, ventilación e infraestructura.